Peque
Ubicado en el occidente lejano de Antioquia, Peque es un municipio que conserva con fuerza su identidad campesina, su relación íntima con la tierra y un entorno natural poco alterado. Su geografía montañosa, sus ríos amplios y sus senderos cubiertos de verde lo convierten en un destino ideal para quienes buscan un viaje auténtico y profundo, lejos de los circuitos turísticos tradicionales.
El territorio hace parte del corredor biológico del Parque Nacional Natural Paramillo, una reserva estratégica conocida como la “Fábrica del Agua” por su enorme riqueza hídrica y por albergar ecosistemas de selva húmeda y especies emblemáticas del noroccidente colombiano. Para el viajero, esto se traduce en la posibilidad de explorar paisajes prístinos y biodiversidad excepcional.
Entre los lugares destacados se encuentran:
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Termales de la vereda Toldas, un conjunto de pozos naturales de aguas azufradas ideales para el descanso después de una caminata.
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Cascada de La Llorona, una caída de agua cristalina rodeada de vegetación densa y cafetales.
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Salto de la Escopeta, un mirador natural sobre el río Cauca con vistas imponentes de la cordillera.
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Miradores como el de La Ceja, desde donde se observan cañones, montañas plegadas y paisajes agrícolas.
Peque también posee un trasfondo histórico profundo. Su nombre proviene de los Peques, un pueblo indígena de la familia de los Catíos cuyo legado permanece vivo en los caminos ancestrales y las tradiciones locales. Visitar el municipio es también acercarse a esa memoria territorial.




Fiestas:
La vida cotidiana gira en torno al cultivo de fríjol, café y madera, productos que han marcado la economía y la gastronomía local. En octubre se celebra la Fiesta del Fríjol y su Cosecha, uno de los encuentros culturales más importantes, donde se combinan ferias agrícolas, música, danza y platos tradicionales.
Otras celebraciones como las Olimpiadas Campesinas o las Fiestas de la Virgen del Carmen muestran el carácter festivo y comunitario del municipio.

📍 Cómo llegar
Llegar a Peque requiere recorrer una ruta larga pero escénica desde Medellín (aprox. 7–8 horas por carretera) pasando por Santa Fe de Antioquia y Uramita. Las vías son mayoritariamente rurales y de montaña, por lo que se recomienda viajar con buen tiempo, verificar el estado del camino y planear el trayecto con calma.
No hay grandes hoteles ni infraestructura turística sofisticada, pero sí alojamientos familiares, paisajes sorprendentes, senderos que salen desde el casco urbano y la oportunidad de conectar con una forma de vida sencilla, trabajada y profundamente ligada al territorio.